Siempre sentí muchísimo rechazo hacia la idea de «más vale malo conocido que bueno por conocer«. Me parece una forma muy limitante de vivir la vida. Creerse eso implica tener un techo muy bajo. Quedarse con lo malo conocido equivale a negarnos la oportunidad de descubrir hasta dónde podemos llegar.
Desde la perspectiva de lo “malo conocido”, lo “bueno por conocer” es sinónimo de incertidumbre. Los cambios nos sacan de nuestra zona de confort y eso pone en alerta nuestros miedos. Y de repente somos invadidos por un montón de pensamientos negativos y limitantes, ¿…y si pierdo el trabajo? ¿…y si no me funciona? ¿…y si hago el ridículo? ¿…y si fracaso? ¿… Y si sale mal? ¿… si nunca me sale nada bien porque va ser distinto ahora? ¿..y si, y si, y si…?
Nos entra el miedo y lo dejamos estar. Nuestro sesgo de negatividad nos induce a autoconvencemos de que es mejor no arriesgar. Pero, ¿De verdad tenemos que vivir en el cuadrante de los que que juegan a no perder?
A veces arrastramos relaciones muertas por el temor a lo desconocido, por miedo a empezar de nuevo, por evitar cambiar las cosas, por miedo a la soledad,… A veces desperdiciamos oportunidades y renunciamos a dedicarnos a nuestra verdadera pasión por miedo.
Sí, sí…. lo nuevo asusta, pero ¿qué hay que hacer para matar el «monstruo que vive en el armario»? Afrontarlo, ¿cómo? Abriendo el armario. Cuando nos atrevemos a dar el paso nos damos cuenta que no era para tanto.
Hay que ir a por lo «bueno por conocer»
Nos merecemos más. Merecemos estar en el cuadrante de arriba, donde se juega para ganar. Hay que ir a por «lo bueno por conocer».
Para ir más allá de lo ordinario hay que abrazar lo nuevo, salir del caparazón, dar el paso, tirarse a la piscina, arriesgar… porque el mundo es de los que salen a la arena de juego y están dispuestos a pelear sin importarse por las voces que llegan desde las gradas. El mundo avanza por los soñadores, los exploradores, los emprendedores que se arriesgan a luchar por sus sueños a pesar de las adversidades.
Por el afán de saber que hay más allá de los límites, Colón descubrió «un mundo nuevo»… Por una visión y sed de conocimiento Copérnico identificó que la tierra era redonda y que giraba al rededor del sol contradiciendo las creencias de la época… por un sueño los hermanos Wright surcaron los cielos por primera vez… Por una visión es muy posible que logremos colonizar Marte :-).
El ser humano tiene un «gen explorador» y gracias a ello hemos llegado hasta donde estamos hoy. Desde el hombre prehistórico al hombre que pisó la luna… todos ellos movidos por el deseo de saber más, hacer más, ir más allá de lo establecido… pensar fuera de la caja.
La historia se forna a partir de las acciones de personas que deciden apostar por lo «bueno por conocer». Porque más allá de nuestra zona de confort hay todo un mundo de oportunidades que solamente podremos descubrir si recuperamos nuestro «gen explorador» y nos arriesgamos a ir más allá.
Lo «bueno conocido» nos lleva a obtener los mismos resultados una y otra vez, es el refugio de los cobardes. Lo «bueno por conocer» nos permite explorar nuestros propios límites y tomar parte activa en el trascurso de los acontecimientos de nuestras vida. Dejamos de ser meros espectadores y los protagonistas. Hacemos que las cosas sucedan.
¿Hay riesgos? Pues claro. Siempre los hay, pero sin riesgos no hay recompensa. Además, apostar por lo «bueno por conocer» no implica necesariamente tirarse a la piscina sin comprobar previamente si tiene agua. Podemos hacer que las cosas cambien poco a poco, tomando el control de las pequeñas cosas e ir expandiendo.
Podemos preparar el terreno para reducir los riesgos. No hay porque ir por la vida como «kamikazes». Hoy en día tenemos a nuestro alcance muchos medios para estudiar la mejor forma de llegar al objetivo por la ruta menos arriesgada, actuar con cabeza… hay muchas formas de avanzar sin construir castillos de naipes. Y sabes lo mejor, que pase lo que pase, al final no nos arrepentiremos por no haberlo intentado.
Apostar por lo «bueno por conocer» nos brinda la oportunidad de ser, hacer y tener todo aquello que deseamos en nuestros anhelos más profundos. Nos permite construir la vida que deseamos. Si no estamos dispuestos a luchar por nuestros sueños terminaremos luchado por el sueño de otros, eso me dice esa vocecita que no calla.
Toda persona debe decidir una vez en su vida si se lanza a triunfar, arriesgándolo todo, o si se sienta a ver el paso de los triunfadores – Thomas Alva Edison.
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