Lo cierto es que la vida está llena de imprevistos. A menudo tenemos que lidiar con situaciones indeseables que hacen que nuestros niveles de estrés y preocupación estén por las nubes, y eso reduce muchísimo nuestra calidad de vida y bienestar.
Vivimos angustiados por preocupaciones presentes, pasadas y futuras, muchas de ellas infundadas o innecesarias. ¿Te suena?
Es normal sentir miedo, tristeza o ira ante las adversidades, no obstante, existe una forma distinta de gestionar los problemas, ya sean reales (que están ocurriendo en el presente) o imaginarios (sucesos que creemos que pueden suceder en el futuro o que ya han ocurrido).
Es posible reducir el peso de nuestras preocupaciones, si aprendemos a gestionar nuestros pensamientos.
Lo que pensamos determina cómo nos sentimos. Podemos aprender a pensar de una manera más inteligente para sobrellevar las tormentas de una manera más tranquila y amable, ¿cómo? Utilizando estrategias y herramientas que nos ayuden a impulsar cambios reales en nuestra forma de hacer frente a los obstáculos.
Hoy vengo hablarte del círculo de influencia, una herramienta que empecé a utilizar después de leer el libro “Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas” de Stephen Covey. Te lo cuento porque a mí me resultó realmente útil, me ayudó a enfocar las situaciones de una manera más despierta, para dejar de preocuparme por lo que está fuera de mi círculo de control.
¿Qué es el círculo de influencia?
Se trata de una herramienta de coaching que nos ayuda a invertir nuestra energía, atención y esfuerzo sobre lo que tenemos control, con el objetivo de despejar nuestra mente de las preocupaciones inútiles.
Podemos clasificar los problemas en 3 categorías distintas en función de cómo podemos interactuar con ellos.
- Control directo: La solución solo requiere de nuestra conducta, por lo tanto está dentro de nuestro círculo de influencia.
- Control indirecto: La solución requiere la acción de otras personas, sin embargo podemos “influir” sobre el resultado si cambiamos nuestros métodos de influencia.
- Inexistente: Hace referencia a aquellos problemas que están fuera de nuestro control y no podemos hacer nada para cambiar eso porque no depende en absoluto de nosotros.
El enfoque del círculo de influencia nos ayuda a enfrentar los problemas de manera más eficiente, focalizando nuestra energía en aspectos constructivos y positivos para conseguir mejores resultados. Nos saca del rol de víctima y nos motiva a tomar acción, dicho así puede sonar abstracto pero en realidad es muy sencillo.
A continuación lo verás todo esto contextualizado con un gráfico para visualizar mejor el concepto de la idea.
Círculo de influencia vs círculo de preocupación
El círculo de preocupación está compuesto por todo aquello que nos inquieta. Nuestras preocupaciones, frustraciones y enfados, mientras que el círculo de influencia incluye solamente aquellas cosas sobre las que podemos hacer algo al respecto.
Hay cosas que dependen de nosotros y otras que no. El modo como pensamos, cómo nos sentimos, cómo actuamos y lo que hacemos depende de nosotros, todo lo demás no.
Cómo utilizar el círculo de influencia en la práctica
Piensa en todo lo que te preocupa. Haz una lista específica y detallada de todo aquello que te inquieta, ya sean de cosas de control directo, indirecto o de control inexistente.
Describe las incertidumbres que te angustian en las distintas áreas de tu vida. ¿Te preocupa algo en tu ámbito profesional? ¿Estás tranquilo respecto a tu salud o la salud de alguien de tu entorno? ¿Te preocupa el futuro, en qué aspecto? ¿Qué cosas del pasado te inquietan?
Una vez apuntadas todas tus preocupaciones es hora de crear tu círculo de influencia. Repasa cada preocupación y pregúntate, respecto a cada una de ellas, ¿Qué puedo hacer yo para solucionar esta situación? ¿El resultado depende de mí?
Profundiza en cada problema de la lista y reflexiona sobre los aspectos o elementos que puedes controlar. Si hay algo que puedes hacer para mejorar la situación, entonces está dentro de tu ámbito de control y por lo tanto en tu área de influencia. ¡Actúa!
Si está fuera de tu ámbito de control, es decir, si no hay absolutamente nada que puedas hacer para mejorar la situación, táchalo. Si no puedes hacer nada es inútil preocuparte. En estos casos la opción inteligente es aceptar y aprender a convivir con ello, es el único modo de estar en paz.
El principal objetivo de este ejercicio es analizar de forma consciente todas tus preocupaciones para ayudarte a poner tu foco y tu energía en aquello sobre lo que tienes control. Todo lo demás es desperdicio de tiempo y energía.
Una vez tengas creado tu círculo de influencia, únelo a un plan de acción. Empieza por aquello que ya está a tu alcance, por ejemplo, si te preocupa tu salud, está a tu alcance ocuparte de este aspecto de tu vida.
Puedes optar por ir al trabajo caminando, apuntarte a un gimnasio, preparar recetas más sanas o incluso buscar la ayuda de un profesional si necesitas un poquito de ayuda. La clave está en crear un plan de acción desglosado en pasos pequeños y sencillos de llevar a cabo.
La ventaja de esta estrategia es que desvía el foco de atención de las preocupaciones de control inexistente y lo centra en las acciones concretas que podes hacer para solucionar, uno a uno, todos los problemas que roban tu tranquilidad.
Y si aparece una nueva preocupación, sométela a la gran pregunta, ¿está en mi ámbito de control? ¿Qué puedo hacer para mejorar esta situación? Si no hay nada que hacer, vuelve a orientar tu atención a los problemas de tu área de control. Sigue tu plan de acción.
Cómo enfocar la atención en tu círculo de influencia
Una de las dificultades que afrontamos a la hora de utilizar esta herramienta es que a veces estamos tan acostumbrados a estar preocupados que ni siquiera somos capaces de ver que existen otras opciones, otras formas de afrontar los problemas, lo que nos dificulta ser objetivos y encontrar soluciones.
Malgastamos energía preocupándonos por cosas ajenas a nuestro control, e incluso podemos ser conscientes de ello pero, el caso, es que no sabemos cómo evitarlo, cómo dejar de sumar preocupación con cosas que están fuera de nuestro círculo de influencia.
No queda otro camino que aprender a gestionar nuestros pensamientos, y un modo de hacer es a través de algunas estrategias que pueden ayudarnos a centrar el foco en nuestro círculo de influencia.
Con tu círculo de influencia en mano, revisa cada una de tus preocupaciones del siguiente modo:
- Piensa en el problema como si no te pasara a ti, sino a un amigo tuyo. Si lo que te está pasando le pasara a él, ¿qué consejos le darías? ¿Qué cosas concretas le dirías que hiciera?
- Si el problema tiene solución, aunque sea parcialmente, define las acciones que puedes llevar a cabo, y concreta cuándo y cómo lo harás.
- Tira de la creatividad. Realiza una lluvia de ideas para encontrar soluciones creativas a los problemas que están en tu círculo de influencia.
- Inspírate en otros que han superado problemas similares. Tenemos tendencia a pensar que las cosas que nos pasan solo nos ocurren a nosotros pero eso es un error. Salvo excepciones, son muchas las personas que ya han tenido que superar adversidades similares a las que nos enfrentamos y su superación es fuente de motivación.
Evidentemente, dejar de preocuparse inútilmente es todo un desafío y requiere tiempo. Todas nuestras preocupaciones no van a desaparecer por arte de magia simplemente por ubicarlas en una zona u otra, no obstante si hacemos el esfuerzo diario de tomar consciencia de nuestros pensamientos, y aplicamos esta herramienta en nuestro día a día, poco a poco aprendemos a dejar de preocuparnos por aquello que no depende de nosotros.
El círculo de influencia nos ayuda a adoptar una actitud proactiva, y en consecuencia aumenta nuestra capacidad de actuación.
Si queremos disfrutar de una vida plena y satisfactoria tenemos que aprender a manejarnos mejor, lo que implica pensar y actuar de manera consciente e inteligente. ¿Tiene lógica para ti?
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