Hola! Tengo una pregunta para ti, ¿crees que tus estados anímicos afectan tus resultados? Es decir, imagina que tienes que realizar un proyecto, crees que el hecho de estar motivado o desmotivado afectaría en el resultado final?
Estoy bastante segura de que estarás de acuerdo conmigo, de que con ganas y motivación todo sale mejor, ¿o no?
A mi modo de ver, todos sabemos que desde un estado anímico positivo se vive mejor, no obstante no sabemos qué hacer para evitar ser arrastrados por emociones negativas, tales como rencor, odio, negatividad, desmotivación, frustración, miedo, inseguridad, etc.
La técnica de anclaje PNL (programación neurolingüística) se utiliza para activar estados de ánimo potenciadores a nuestra voluntad, con el objetivo de neutralizar determinados estados emocionales indeseados, y es una herramienta de autocoaching muy útil para entrenar nuestra capacidad de autocontrol.
Si quieres aprender a utilizar esta técnica sigue leyendo, solo te llevará un par de minutos ;-).
¿Qué es el anclaje en PNL?
El anclaje PNL es un entrenamiento de programación neurolingüística que nos permite cambiar de un sentimiento no deseado a un sentimiento más empoderante en cuestión de segundos, como si fuera un interruptor que activa un estado interno determinado, cuando lo necesitamos.
Se trata de asociar una respuesta conductual a un estímulo específico (el ancla), que actúa como un recordatorio de la emoción o intensión asociada, que se activa mediante el ancla.
Los anclajes pueden ser:
- Visuales: Una imagen, un objeto, un color, un signo, un amuleto, etc.;
- Auditivos: Un sonido, una canción, una melodía, una palabra, etc.;
- Kinestésicos: Sujetar un objeto, repetir una serie de movimientos concretos, ejercer determinado nivel de presión en determinado punto del cuerpo, etc.
Su funcionamiento se basa en el condicionamiento asociativo clásico, y en resumen su finalidad es asociar una respuesta interna con algo, que puede ser externo o interno elegido previamente (el ancla), que nos recuerda la emoción que deseamos sentir.
Para explicar esta técnica se suele utilizar la investigación conocida como el «Perro de Pávlov» realizada por el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1904 Iván Pavlov para ejemplificar el funcionamiento de las «anclas» en PNL.
El experimento consistía en tocar una campana justo antes de alimentar a los perros. Durante muchos días repitió la misma pauta para fijar el anclaje, tocaba la campana y luego alimentaba a los perros. La repetición de esta acción llevó a los perros a asociar el sonido de la campana con la comida, y al cabo de un tiempo, los perros se ponían a salivar cuando escuchaban la campana, incluso sin ver la comida, porque ya que conocían la respuesta que seguía.
En este experimento Pavlov comprobó el poder del condicionamiento asociativo. Los animales asociaron el sonido a un resultado placentero y positivo. El sonido de la campana se convirtió en un anclaje potente capaz de activar una respuesta concreta. Así es como operan las anclas, evocando una reacción a un condicionamiento previamente establecido, de manera consciente.
Esta herramienta resulta muy útil para establecer y reactivar los procesos mentales para potenciar nuestra confianza, creatividad, aprendizaje, concentración y mejorar nuestro rendimiento en aquello que nos propongamos.
Imagina cómo sería si pudieras, en un momento, pasar de sentirte ansioso a sentirte empoderado justo antes de realizar una presentación importante. Fantástico. ¿verdad? Pues de eso va este ejercicio de programación neurolingüística.
¿Cómo crear un anclaje PNL?
Cómo hemos visto previamente, esta técnica se basa en crear asociaciones entre un elemento externo y una emoción, con la finalidad de generar un impacto sensorial determinado.
La creación de los anclajes PNL se hace en 5 pasos:
- Determina cómo quieres sentirte. ¿Más motivado, más seguro de ti mismo, más agradecido, más tranquilo… El objetivo de este primer paso es definir la emoción que quieres evocar.
- Identifica un recuerdo que te provoque esa emoción. El propósito de este paso es elegir una experiencia pasada significativa, en la que has sentido las emociones que quieres provocar a voluntad.
- Elije un anclaje. El ancla puede ser un objeto o una acción, que mediante nuestros sentidos: vista, oído, olfato, gusto o tacto, nos haga recordar la experiencia pasada (paso 2).
- Crea la asociación entre el recuerdo y el anclaje. A base de repetición, debemos revivir intensamente el recuerdo evocado a la vez que «vemos, tocamos, olemos o sentimos» el ancla elegido, hasta crear una asociación.
- Poner a prueba la eficacia de la técnica. Una vez creada la asociación, bastará con realizar la acción definida para despertar la emoción asociada. Si no resulta efectiva, tal vez se debas reforzar la asociación.
Para que el anclaje sea eficaz es necesario que cumpla con una serie de requisitos, empezando por la intensidad del recuerdo evocado.
Cuanto más intenso sea el sentimiento que surge al revivir la experiencia, más fuerza tendrá para recrear la emoción utilizando el ancla. Si al recordar no nos invade la emoción que se pretende crear, entonces no sirve.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es el tipo de ancla elegido, es decir, ese objeto, gesto, palabra o señal que usaremos para desencadenar el estado de ánimo pretendido. Si utilizamos un ancla demasiado común o integrado en nuestros hábitos cotidianos, no será un estímulo suficientemente fuerte como para activar un estado concreto.
Para evitar tal cosa, lo más recomendable es utilizar un anclaje exclusivo, diferenciada de los elementos comunes de nuestro día a día.
La repetición del estímulo (paso 4) es clave para «grabar» en ancla. Para crear una asociación sólida es necesario repetir muchas veces este proceso mental para asegurar la eficacia de esta técnica de PNL.
Las diferentes técnicas de anclaje PNL tiene en común que se deben de cumplir estos requisitos para que se cree el condicionamiento asociativo.
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