Estimado lector, tengo una pregunta para ti, ¿Estás haciendo que te pasen cosas buenas o cosas malas? ¿Cuál es tu grado de satisfacción en los diferentes aspectos de tu vida en estos momentos?
Y si te digo que en gran parte, nuestra vida es el resultado de lo que pensamos, pero no lo digo yo, lo dice la ciencia.
Nuestro cerebro es una «máquina» perfectamente diseñada para «darnos» aquello que deseamos, y una parte fundamental de este proceso es realizado por el sistema reticular activador ascendente, un entramado de núcleos que funciona como un súper rastreador que nos ayuda a encontrar lo que queremos.
El problema está en que disponemos de una «tecnología» altamente sofisticada pero no sabemos cómo utilizarla, todavía ;-).
Gracias a los avances en el campo de la neurociencia, poco a poco vamos descubriendo cómo funciona nuestro cerebro y nuestra mente, y eso nos permite aprender a manejarlos.
Podemos hacer que nos pasen cosas buenas, pero solo si aprendemos a manejar nuestra mente, o a menos algunas partes de ella, como por ejemplo el sistema SRAA.
¿Qué es el sistema reticular activador ascendente?
El sistema reticular activador ascendente (SRAA) está formado por varios circuitos neuronales ubicados en el tronco del encéfalo y son parte fundamental del sistema nerviosos, siendo el mantenimiento del estado de alerta una de sus principales funciones.
Estos circuitos neuronales también son determinantes para:
- La regulación del sueño y la vigilia;
- Los movimientos involuntarios;
- La percepción del dolor físico;
- Y la filtración de la información que nos impacta a través de los sentidos.
Estamos rodeados de estímulos que podemos percibir a través de la visión, audición, gusto, tacto y olfato, no obstante, no podemos poner atención en todo lo que nos rodea, ya que toda esa amalgama de inputs nos causaría una tremenda saturación y confusión.
Y aquí entra en juego el sistema reticular activador ascendiente que entre otras cosas, se encarga de filtrar lo que vemos, es decir, procesa determinados estímulos y obvia otros.
¿Cómo funciona el SRAA?
El sistema de filtración propiamente dicho funciona de manera automática no obstante somos nosotros los que, de una manera u otra, indicamos qué nos interesa, y esta información se transmite a través de la atención.
Por ejemplo, si estamos pensando en comprar un coche de determinado modelo ocurre algo fascinante, y es que de repente empezamos a ver este mismo modelo de coche por todas partes, y la explicación no es que repentinamente a todo el mundo le dio por comprar ese coche, sino que nuestro SRAA está activado.
Este «fenómeno» ocurre gracias a nuestro sistema reticular activo ascendiente que se encarga de filtrar, de manera automática, entre toda la información que nos impacta, aquella por la que hemos demostrado interés, en este caso, el modelo de coche que queremos comprar.
Cuando nos interesa algo, y en consecuencia pensamos o hablamos de ello con especial atención o de forma repetida, le estamos diciendo a nuestro SRAA, «Esto es importante para mí, detéctalo».
Nuestra atención, ya sea en un objeto, un tema, una meta, o lo que sea, es lo que activa el «radar» del sistema reticular, por este motivo se dice que «vemos lo que queremos ver» porque nuestro SRAA procesa aquello en lo que ponemos el foco.
El sistema reticular siempre busca las evidencias que muestren o reafirmen aquello en lo que pensamos repetidamente, por ejemplo, si pensamos a menudo que la gente es inútil, haremos que nuestro SRAA detecte los «fallos y errores» que comenten los demás, y eso a su vez reforzará nuestra creencia de que la gente es inútil que a su vez seguirá indicando a nuestro SRAA que detecte los «fallos y errores». Es una pescadilla que se muerde la cola.
Por el contrario, si pensamos que la gente es amable y capaz, encontraremos las evidencias que confirmen estas creencias, y consecuencia tendremos una percepción totalmente distinta del mundo que nos rodea.
Entender como funciona nuestra mente es clave para hacer que «trabaje» a nuestro favor, porque como bien sabes, podemos ser nuestro mejor amigo o nuestro peor enemigo.
Cómo manejar el sistema reticular activador ascendente para lograr nuestros objetivos
El foco es uno de elementos fundamentales para alcanzar el éxito en cualquier cosa que nos propongamos, no obstante mantener el enfoque en nuestras metas ni siempre resulta fácil porque vivimos rodeados de distracciones internas y externas.
Y si nuestras atención se dispersa, también se dispersa la energía que invertimos en realizar aquellas acciones que nos van ayudar a alcanzar nuestros objetivos, y en consecuencia será mucho más difícil lograr buenos resultados, por ese motivo es tan importante utilizar nuestro sistema reticular activador ascendente a nuestro favor. ¿Cómo?
Orientando nuestros pensamientos de manera consciente hacia aquello que queremos alcanzar y para ello podemos:
- Escribir un plan de acción y tenerlo siempre a la vista;
- Leer libros y artículos relacionados con aquello que queremos alcanzar;
- Escuchar podcasts relacionados;
- Crear rutinas alineadas con nuestros los objetivos;
- Realizar afirmaciones que potencien nuestra confianza;
- Visualizar la meta y sentir las emociones positivas de haberla alcanzado;
- Escuchar «testimonios» de personas que ya lo han logrado;
- Compartir nuestras aspiraciones con personas que nos apoyen; etc.
Con estas acciones lo que hacemos es decir a nuestro SRAA, «Esto es lo que quiero, ayúdame a alcanzarlo».
Entender como funciona el sistema reticular nos permite saber que para superar una adversidad tenemos que poner nuestra atención en buscar soluciones y no en señalar los problemas.
Al orientar nuestra atención hacia la búsqueda de soluciones lo que hacemos es activar el «radar» del sistema reticular para que nos muestre todas las oportunidades, opciones y alternativas que pueden ayudarnos a superar los desafíos de la vida, mientras que cuando ponemos el foco en los problemas, lo que estamos haciendo de manera inconsciente es decir a nuestro SRAA «Muéstrame todo lo que está mal para justificar como me siento«, y de este modo entramos en un circulo vicioso.
Para hacer que nos sucedan cosas buenas tenemos que orientar nuestra mente hacia aquello que queremos conseguir. De hecho, en parte no avanzamos en la vida porque realmente no sabemos qué queremos, de modo nuestro SRAA a menudo se encuentra embotado en un enmarañado de caos y confusión mental.
Como dicen, donde ponemos nuestra atención ponemos nuestra energía, y con foco y energía podemos llegar muy lejos pero solo si sabemos a dónde queremos ir. ¿Tú que opinas? Deja tu comentario, me encantará leerte.
Un abrazo,
M.
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