Hola! Tengo una pregunta para ti, ¿te consideras una persona disciplinada?
De acuerdo con las grandes mentes, la clave del éxito es una suma de muchos factores, siendo la disciplina el ingrediente necesario para hacer que todos los factores se pongan en marcha, de forma ordenada y constante a lo largo del tiempo.
Una persona puede puede tener talentos extraordinarios, pero sin autodisciplina para desarrollarlos es posible que jamás alcance su máximo potencial.
La autodisciplina es imprescindible para llevar a cabo las acciones necesarias para alcanzar los propósitos que nos marcamos, es la diferencia entre la mediocridad y la excelencia.
¿Qué es la autodisciplina?
Se puede definir la autodisciplina como la capacidad de llevar a cabo las acciones necesarias, de forma constante y dilatada en el tiempo, para conseguir un objetivo concreto.
Imagina que quieres perder peso de forma natural y sana. Para alcanzar el objetivo tendrás que establecer una serie de pasos a seguir, realizar acciones de forma disciplinada y constante para lograr efectivamente tu peso ideal y no recuperarlos con el paso del tiempo.
Es decir, tendrás que establecer unos días y horarios para hacer ejercicio, cambiar algunos hábitos y mejorar tu alimentación. La autodisciplina es ponerse la ropa de deporte y entrenar, sin excusas que valgan, en palabras de Elbert Hubbard, «…es la capacidad de obligarte a hacer lo que debes hacer cuando debes hacerlo, te apetezca o no».
En este sentido, la disciplina es la fuerza motriz que nos permite controlar los impulsos negativos que nos alejan del objetivo. Es la palanca que nos hace abandonar el sofá para ir al gimnasio y levantarnos a las 6:30 h. para dedicar más tiempo a nuestro proyecto.
¿Y qué pasa si siempre hemos sido indisciplinados? Si nos cuesta hacer aquello que sabemos que debemos hacer. Pues que debemos entrenar nuestra autodisciplina.
¿Cómo construir la autodisciplina?
La autodisciplina no es algo fácil de dominar. Es difícil, dolorosa, requiere entrenamiento y fuerza de voluntad, ya que durante un tiempo tendremos que «luchar» contra viejos hábitos.
No existe una fórmula cerrada que nos enseñe cómo ser constante y disciplinado, pero sí que existen pautas que nos pueden ayudar a desarrollar dichas habilidades.
El hábito de la autodisciplina nos impulsa a hacer lo que tenemos que hacer, según lo planeado, para alcanzar unos objetivos concretos, de ahí que su entrenamiento debe ir unido a un plan.
Para encontrar sentido en el esfuerzo que implica adquirir esta habilidad, es muy importante tener un «qué y un por qué» ¿Qué quieres conseguir y por qué? ¿Por qué es importante para ti? ¿Cambiará tu vida en algún sentido? ¿Se trata de un deseo profundo? ¿Estás dispuesto a hacer lo que hay que hacer para que ocurra? Ok, lets go!
1. Define tus objetivos
Cómo dijo Séneca, “No hay viento favorable para el que no sabe dónde va”. El primer paso para desarrollar la disciplina es tener una visión clara de lo que esperamos lograr. Ponerlos por escrito y detalladamente nos ayuda a visualizarlos mejor, creando una imagen mental para evocar en los momentos de desgana.
Nuestros objetivos son la «zanahoria en el palo», el «faro» que nos guía siempre en la dirección correcta, por ello es recomendable tenerlos siempre en mente, y si es a la vista mejor que mejor. En este sentido puede ser útil tener una nota recordatoria en la puerta de la nevera, en el espejo del baño o de fondo de pantalla.
2. Establece un plan de acción
Definidos los objetivos, es recomendable subdividirlos en pequeñas partes para evitar sentirnos abrumados. Nadie se entrena para un maratón corriendo los 42 km desde el primer día. Genera menos presión empezar poco a poco, sobre todo si nunca lo hemos hecho antes. Primero tenemos que ser capaces de correr 1 km, luego 3, 5, 10 km… y así hasta estar alcanzar la meta de llegada de la carrera.
En este sentido puede ser muy útil crear una lista de todos los pasos necesarios para llegar del punto (A) al (B), del (B) al (C) y establecer las acciones concretas de cada etapa, es decir, cada uno de los pasos que debemos realizar en cada parte del camino.
Esta técnica nos ayuda a establecer metas definidas y alcanzables en un período de tiempo razonable, y con una línea de acción clara, y a medida que completamos cada tarea, las vamos tachando, para tener un registro de visual de nuestros progresos.
El secreto entrenar la autodisciplina es empezar con pequeñas acciones que resulten fáciles de alcanzar, el hecho de alcanzarlas hará que nos sintamos bien, lo que nos motivará a seguir, y la continuidad hace que adquiramos más disciplina, y todo ello sumado nos acercará a nuestros objetivos.
Empezar a lo grande, cambiando todo de golpe, en general no funciona, ya que supone un esfuerzo brutal, difícil de asumir si no tenemos nuestra capacidad de autodisciplina entrenada.
3. Elimina las tentaciones, distracciones y excusas
Es un error pensar que vamos a ser disciplinados de la noche a la mañana. Ten en cuenta que al principio vemos a tener que «luchar» contra una inercia ya establecida en nuestro día a día. Una serie de hábitos y costumbres arraigados que van a tirar de nosotros cada vez que intentemos poner en práctica una acción de cambio.
La mente es especialista en encontrar excusas para no hacer lo que debemos hacer, por este motivo es recomendable eliminar del camino las tentaciones que pueden hacernos caer. Por ejemplo, si queremos perder peso, es mejor no encontrar los alimentos de debemos evitar cada vez que abrimos la nevera o los armarios.
El autocontrol y la fuerza de voluntad no son inquebrantables, por este motivo tenemos facilitarnos al máximo las cosas. No se trata de forzarnos a tomar una ensalada aburrida, sino preparar una ensalada muy apetecible que nos haga olvidar las patatas fritas.
4. Crea nuevos hábitos y rutinas
No podemos pretender promover cambios sin cambiar nada. Adquirir autodisciplina implica crear nuevos hábitos y rutinas que nos ayuden a alcanzar nuestras metas.
Cuando un comportamiento se convierte en un hábito, actuamos en piloto automático. Detrás del hábito no hay una decisión consciente, sino una respuesta neuronal pre definida que se activa y toma el control.
No existe un botón para «apagar» nuestros automatismos, el único modo de «desactivarlos» es creando nuevos hábitos que sustituyan los antiguos, y eso requiere acciones concretas implementadas a consciencia. Se trata de crear nuevas rutinas más empoderantes que nos ayuden a seguir avanzando.
5. Reconoce y recompensa tus logros
Reconocer y celebrar los pequeños logros nos ayuda a mantenernos firmes en nuestros objetivos. Si lo único que valoramos positivamente es el resultado final, nos resultará muy difícil superar todo es esfuerzo y sacrificio, es muy posible que acabemos agotados y desganados.
Cuanto más difícil sea el objetivo, más esfuerzo y sacrificio requerirá, por este motivo es recomendable subdividir , y premiarnos a medida que las vayamos superando.
Llegar de (A) a (B) es un logro y hay que celebrarlo, de preferencia con un premio que nos haga especial ilusión. Por ejemplo, una sesión de masaje, una escapada de fin de semana, un libro, lo que sea que nos apetezca.
Como si se tratara de un videojuego, por cada etapa de la planificación, definamos un premio, y de esta forma tendremos más estímulos positivos que nos ayuden a superar cada etapa del camino.
Tips para ser disciplinado
Lograr tener disciplina no es algo que se consigue rápidamente. Es un habilidad que debe ser entrenada, como un músculo. Al principio puede ser frustrante por que no vemos resultados, y caemos una y otra vez en viejos hábitos, pero hay que seguir intentando, como el agua que golpea la piedra, gota a gota hasta que la rompe.
Lo mismo ocurre con la disciplina. Si no cumples hoy, hazlo mañana, y luego sigue, y si vuelves a fallar, continua el día siguiente, y poco a poco vamos avanzando.
Previamente hemos visto varias claves para ser autodisciplinado, pero aquí van otros consejos útiles en este sentido.
- Empieza dando pequeños pasos. Por ejemplo, si quieres cambiar tus hábitos alimenticios, es más fácil si empiezas poco a poco, primero te acostumbras a no tomar menos azúcar, luego sustituyes los pasteles por porciones de fruta, luego las frituras por el vapor… y en poco tiempo tendrás una nueva forma de alimentarte.
- Comprométete y cumple. Es importante cumplir lo que decimos que queremos hacer. De cierto modo la disciplina trata de eso, de hacer lo que se tiene que hacer.
- Póntelo fácil. Busca el modo de que sea divertido, de lo contrario lo abandonarás. Si no te gusta el Cyclig, no lo hagas, busca una actividad de cardio que te guste, por ejemplo, bailar o jugar a pádel.
- Planifica el uso de tu tiempo. Utiliza un calendario y haz una lista diaria de las cosas que tienes que hacer, organízate del modo que resulte más eficaz para ti, teniendo en cuenta tu funcionamiento. No hay que nadar contra la corriente en este sentido.
- Practica la autocorrección. Si no sigues el plan, cambio el modo de enfocar la situación, prueba otras estrategias, corrige los errores.
- Practica la autonegación. Aprende a decir no a lo que te apetece, si sabes que va en contra de tus objetivos. La autocontención te ayuda a desarrollar tu autocontrol y disciplina.
- Mantente alejado de las tentaciones. Rodéate de estímulos que te ayuden a alcanzar tus objetivos. En la medida de lo posible es mejor no poner a prueba tu autocontrol, al menos al principio.
En esta etapa de «entrenamiento» es vital no perder el foco y tener los beneficios siempre en mente. Ser disciplinado debe convertirse un signo de identidad, un modelo de comportamiento integrado en todas las áreas de nuestra vida: personal, social y laboral.
El poder de la autodisciplina
¿Sabes por qué es tan difícil tener disciplina? Porque requiere esfuerzo, compromiso y motivación.
No obstante, el esfuerzo merece la pena. Según Theodore Roosevelt “Con autodisciplina casi todo es posible.” En este sentido también dijo algo similar, el gran inventor Nikola Tesla “Solo pude lograr el éxito en mi vida a través de la autodisciplina, y lo apliqué hasta que mi deseo y mi voluntad se convirtieron en uno”.
De hecho son muchos los grandes nombres que pregonan la importancia de la autodisciplina para alcanzar el éxito en cualquier aspecto de nuestra vida.
Como dijo Jim Rohn, “La disciplina es el puente entre las metas y el logro.” o Nicolás Maquiavelo que dijo: “Donde hay disciplina, hay orden y rara vez falta la buena fortuna.”
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