Superación personal: 5 consejos para convertirte en tu mejor versión

Hola! Tengo una pregunta para ti: ¿Crees que estás aprovechando todo tu potencial?

Llegamos a la edad adulta arrastrando un montón de creencias limitantes acerca de nosotros mismos y de la vida, ideas erróneas que nos maniatan psicológicamente y nos impiden aprovechar todo nuestro potencial.

Pero eso no tiene porque seguir siendo así. Podemos trabajar sobre todo aquello que nos limita para transformar nuestra realidad, podemos autosuperarnos.

¿Qué es la superación personal?

Superar, del latín superāre, significa, según la RAE, «Ser superior a alguien» o «Vencer obstáculos o dificultades».

La superación personal es la acción y efecto de superar, ¿el qué? Los patrones mentales tóxicos que condicionan nuestros pensamientos, emociones y decisiones.

Es un proceso de autotransformación que implica trabajar sobre nosotros mismos, para neutralizar o eliminar aquello que nos frena y potenciar aquello que nos impulsa a ser nuestra mejor versión.

La autosuperación es algo que depende exclusivamente de nosotros, sin importar las circunstancias externas, y siempre implica cambiar para bien, mejorar.

En palabras el premio nobel Ramón y Cajal, «Todo ser humano, si se lo propone puede ser escultor de su propio cerebro», lo que significa que cada uno de nosotros puede, literalmente, perfeccionar las estructuras y el funcionamiento de nuestro cerebro, del mismo modo que podemos hacerlo con el resto de los músculos de nuestro cuerpo. ¿Cómo? Ahora lo veremos.

5 consejos de superación personal para transformar tu vida

1. Cambia tu mindset

Somos lo que pensamos que somos. Actuamos coartados por un conjunto de ideas preconcebidas, creencias, valores y actitudes que dan forma a cómo pensamos y actuamos en nuestro día a día.

La manera como gestionamos nuestras emociones y lidiamos con los fracasos, el modo como nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás, la forma como afrontamos las adversidades y desafíos responden al tipo de mentalidad de tenemos.

Las personas con una mentalidad fija rehúyen de asumir nuevos retos, adoptan posturas rígidas ante las situaciones y creen que son como son, que no pueden cambiar, mientras que las personas con una mentalidad de crecimiento están más abiertas a desarrollar nuevas habilidades, a afrontan los retos como oportunidades y están dispuestas a esforzarse para mejorar como persona, porque creen que pueden hacerlo.

La buena noticia es que, sea cual sea nuestra mentalidad, podemos cambiarla si:

  1. Profundizando en nosotros mismos. El autoconocimiento nos ayuda a comprendernos mejor, e identificar lo bueno y lo malo que hay en nosotros, para potenciar lo primero y neutralizar lo segundo.
  2. Desafiando nuestras creencias limitantes. Se trata confrontar las «historias» que nos contamos acerca de nuestras capacidades, y con pequeñas acciones cambiar «el juego».
  3.  Afrontando nuestros miedos. Como un niño pequeño que decide mirar debajo de la cama para comprobar que allí no hay ningún monstruo.
  4. Cambiando el modo como interpretamos las situaciones. Una misma situación puede ser observada desde varios ángulos, la clave es buscar la perspectiva que nos proporcione mejores oportunidades de éxito.
  5. Cambiando nuestro discurso. Nuestros diálogos internos puedes empoderarnos o debilitarnos. Es importante cuidar lo que nos decimos. Pensar en nosotros mismos de una manera más positiva sienta las bases de la autoestima.

Si queremos convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos tenemos que aprender a pensar de una manera más inteligente y más beneficiosa.

2. Adopta la filosofía Kaizen en tu vida

Kaizen 改善 es una palabra japonesa que significa «cambio a mejor«, cuya filosofía se basa en la mejora continua.

Tiene su origen en el Japón de la postguerra, cuando el país atravesaba una situación financiera muy precaria, y nace de una estrategia aplicada a la industria, a partir del concepto de Calidad Total de William Edwards Deming, que ayudó a los japoneses a incorporar nuevos principios de gestión y productividad que revolucionaron su industria, elevando Japón a la condición de potencia mundial en pocos años.

El impacto fue tal, que el método kaizen se transformó en una filosofía de vida basada en una premisa sencilla, siempre podemos mejorar, aun que sea solo un 1% al día, y eso aplicado a lo largo de varios meses supondrá una gran mejora en nuestra vida.

La filosofía Kaizen se basa en algunos principios que considero verdaderamente poderosos, por que nos invitan a:

  1. Cuestionar si lo que hay es algo definitivo, o se puede mejorar;
  2. Mantener la mente abierta al cambio;
  3. Cambiar el modo como afrontamos los problemas, reformularlos como oportunidades;
  4. Asumir los errores, aprender la lección y corregir;
  5. Entrenar nuestras habilidades;
  6. Cultivar una mirada optimista;
  7. Desterrar por completo las excusas;
  8. Aprender de otros, aprovechar la sabiduría de los sabios;
  9. Tomar decisiones meditadas;
  10. Buscar soluciones sencillas que podamos implementar. No se trata de cambiar todo de golpe, sino mantener una trayectoria de mejora constante.

Por mi propia experiencia puedo decir que los pequeños cambios positivos, mantenidos a diario, han tenido un gran impacto en mi vida, y por ello me declaro admiradora y practicante de esta filosofía.

3. Recupera el control de tu vida

Una buena forma de empezar este apartado es con una pregunta, ¿sientes que controlas tu vida, o por el contrario tienes la sensación de ir a la deriva, apagando fuegos y esquivando los contratiempos?

Tomar las riendas de nuestra vida no significa controlar todo lo que ocurre. Significa controlar aquello que depende de nosotros, y al mismo tiempo aceptar que existen muchas variables sobre las cuales no tenemos control alguno, y que pueden hacer que las cosas no ocurran como esperamos.

No obstante, con controlar lo que depende de nosotros ya es mucho, y con ello podemos lograr grandes cosas, ahora bien, ¿Cómo hacerlo?

  1. Estableciendo prioridades. Actuar de acuerdo con nuestras prioridades autodefinidas es crucial para recuperar el control de nuestra vida.
  2. Gestionando el tiempo con inteligencia. El tiempo es un bien escaso y hay que aprender a consumirlo del modo que más favorezca nuestras metas y objetivos.
  3. Rechazando lo que no aporta. Ya sean relaciones, ocio o un trabajo, si no nos aporta nada, es mejor buscar una opción que sí lo haga. Hay que aprender a decir «¡No!».
  4. Eligiendo los contenidos que consumimos. Muchos contenidos que transmiten en los medios de comunicación son veneno para nuestra serenidad mental. Tenemos la opción de no consumirlos.
  5. Cuidando nuestra salud física y mental. La alimentación, el deporte y una buena gestión de las emociones son elementos clave para gozar de bienestar psicológico.
  6. Desarrollando la resiliencia. La resiliencia es esa habilidad súper importante que nos ayuda a sobreponernos a los fracasos. Si algo sale mal, a otra cosa mariposa.
  7. Abandonando el victimismo y las quejas. Ambas cosas son tóxicas. Empobrecen nuestra experiencia de vida. Independientemente de las circunstancias, siempre podemos elegir como queremos afrontar la situación.
  8. Sustituyendo los malos hábitos por buenos hábitos. Se trata de identificar los hábitos que nos perjudican, y definir una estrategia para sustituirlos por mejores hábitos.

4. Céntrate en lo que puedes hacer

A menudo tenemos el foco en el problema, y eso, lejos de solucionar nada, solo hace que nos sintamos mal.

Las cosas negativas son llamativas y ruidosas. Es lo que más atrapa nuestra atención, por eso solemos poner el foco en lo que no funciona, en lo que falta, en lo que no podemos hacer.

Eso activa nuestros miedos, nos pone pesimistas, eleva los niveles de estrés y ansiedad, y bloquea áreas del cerebro relacionadas con la creatividad, esenciales para encontrar soluciones.

Nuestra mente sólo es capaz de prestar atención a una sola cosa a la vez. Cuanto más pensamos los problemas, más «grandes se hacen», pero si ponemos el foco en buscar soluciones, comprometemos activamente nuestra mente en la resolución del asunto.

En vez de consumir energía sintiéndonos «desgraciados», es mejor canalizarla en un brainstorming para encontrar posibles soluciones. Cuando nos hacemos cargo de un problema, podemos elegir la mejor manera de resolverlo. Adoptamos una actitud proactiva e influimos en los acontecimientos de manera positiva.

5. Toma acción

No hay cambio sin acción. Si pensamos lo mismo, y hacemos lo mismo, obtendremos siempre los mismos resultados.

El cambio surge de una acción diferente de la habitual repetida muchas veces, que se convierte en hábito, y a la vez «reprograma o rediseña» nuestra forma de ser, forja nuestro carácter.

Como dijo tan sabiamente Swami Sivananda «Siembra una acción y cosecharás un hábito. Cultiva un hábito y obtendrás un carácter. Cultiva un carácter y cosecharás tu propio destino.» 

Esta frase de superación personal explica de manera sencilla la fórmula de la transformación personal.

Si queremos mejorar en cualquier aspecto de nuestra vida, ya sea a nivel personal o profesional, no queda otra que realizar acciones que nos acerquen a nuestros objetivos.

El único modo de estar en forma es haciendo ejercicios físicos. No hay una fórmula mágica, la única fórmula que funciona es la de acción repetida + constancia, de manera que, si queremos estar en forma, tenemos que hacer deporte, el que sea, pero de forma regular.

Los malos hábitos forjan malos destinos, los buenos nos colman de recompensas.

¡Importante! Antes de avanzar, quiero invitarte a pensar en tus hábitos. ¿Hacia donde te llevan? ¿Son los adecuados para convertirte en la persona que deseas ser?

¿Cómo establecer y alcanzar objetivos de autosuperación?

La superación personal no es algo que ocurre solo. Depende total y exclusivamente de nosotros y solo tendrá éxito si realmente queremos mejorar, tanto a nivel personal como profesional.

La fijación de objetivos de autosuperación consiste en elevar nuestros niveles de exigencia, es decir, aspirar a mejorar en todos los aspectos de nuestra vida. Se trata de convertir los «me gustaría ser así» en «soy así». La buena noticia es que podemos hacerlo. Y el primer paso es:

  1. Definir los objetivos. Piensa en cómo eres ahora y decide cómo te gustaría ser en el futuro. Imagínate dentro de un año, dos años o cinco años, ¿Cómo quieres ser? ¿Qué vida quieres tener?
  2. Cuestionar los objetivos. Ni siempre lo que pensamos que queremos es lo que realmente queremos, y por eso es necesario confrontar nuestros objetivos, identificar la motivación real que hay detrás de lo que deseamos, pensar en por qué lo queremos, y en por qué es importante para nosotros.
  3. Crear un plan de acción. Una vez identificamos nuestros objetivos, tenemos que subdividirlos en pequeñas etapas con un enfoque SMART, en otras palabras, definir metas Específicas, Mensurables, Alcanzables, Realistas y dentro de un plazo determinado.
  4. Actuar de inmediato. No hay que esperar a que se «alineen los astros» para empezar. El momento perfecto nunca llega, por eso, si queremos transformar nuestra vida debemos empezar con los medios que tenemos.
  5. Mantener la inspiración y motivación. La motivación es una fuerza que se consume rápido si no la «recargamos», por este motivo es importante rodearnos de personas que nos inspiren y motiven a sacar lo mejor que llevamos dentro. En este sentido también es importante leer libros y consumir contenidos alineados con nuestros objetivos.
  6. Disfrutar el proceso, no obsesionarse con el resultado. Tenemos cierta tendencia a pensar que «lo bueno» llegará cuando alcancemos eso que queremos, y mientras tanto qué, ¿autocoma inducido? ¿piloto automático? ¿Sufrimiento? Este error de enfoque es lo que nos aboca al fracaso, casi siempre. Para lograr nuestros objetivos tenemos que encontrar la forma de disfrutar el proceso. El resultado ya llegará, o incluso puede que no pase, así que lo más inteligente es aprender a disfrutar todo el proceso.
  7. Celebrar los pequeños logros. Es importante reconocer y celebrar las pequeñas victorias, eso nos impulsará a ir aún más lejos.

Para establecer objetivos inteligentes es recomendable identificar las fuente insatisfacción y bienestar en nuestros día a día, para determinar qué funciona y qué no funciona en nuestra vida.

Algunas herramientas, como la rueda de la vida pueden valorar de manera global nuestro nivel de satisfacción en los distintos ámbitos de nuestra vida. Te animo a realizar este ejercicio.

No existe dos personas iguales, por lo que existen tantos tipos de objetivos como personas, así como modos de alcanzarlos. Cada uno de nosotros recorre su propio camino de autosuperación, por lo que depende de nosotros encontrar lo que mejor nos funciona para asegurar el éxito de nuestro proyecto.

Cualquier acción que contribuya a alcanzar los fines que nos propongamos es válida, al fin y al cabo nuestra felicidad, satisfacción personal y éxito sostenido dependen de cómo somos y de lo qué hacemos.

Éxito y superación personal, los dos lados de una misma moneda

Cuando trabajamos en nuestro autodesarrollo mejoramos nuestras habilidades sociales y emocionales, comunicamos lo que pensamos y sentimos de una manera más asertiva, aprovechamos mejor nuestras virtudes y talentos y afrontamos las adversidades con más inteligencia, todo ello hace que aumenten nuestras posibilidades de éxito.

La superación personal es un proceso que entraña aprendizaje y mejora constante, un combo clave para alcanzar el éxito en cualquier proyecto que nos propongamos.

La ciencia es clara en este sentido, cuantas más virtudes y habilidades desarrollamos, más amplio será nuestro conjunto de  «cualidades» y más éxito tenderemos a tener. En la mayoría de los casos, la superación personal precede al éxito, por este motivo se considera que ambas cosas van de la mano, que son los dos lados de una misma moneda.

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